Enseñar desde el aprendizaje
Para saber cómo se enseña, hay que saber cómo se aprende, captar sus inquietudes e intereses y tener en cuenta sus reacciones y propuestas. Hay que admitir en los deseos del que enseña las necesidades del que aprende, y hacer coincidir lo antes posible -compartiendo ilusión-, estas con aquellos. Compartir es pensar con el otro. Los resultados de la enseñanza solo se pueden medir con los avances del aprendizaje. Hoy ya se sabe, que no hay aprendizaje donde no haya un desafío -desde el que enseña- capaz de provocar en el que aprende una necesidad a su querer conocer. Hay que trabajar para los niños, con los niños. En el perfil de cualquier docente debe estar la empatía, la capacidad de escucha, entendimiento y comprensión.