Blockchain morirá antes del 2050

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Blockchain morirá antes del 2050

El Informe España 2050 dibuja un futuro en el que blockchain ha desaparecido

Con gran y sospechoso alarde de publicidad y eco mediático, se ha publicado esta semana el informe «España 2050: Fundamentos y propuestas para una Estrategia Nacional de Lago Plazo». Más allá de su oportunidad –oportunismo- en el debate político actual, su racionalización estriba en la articulación de juicios sobre el presente con tendencias generales, para plantear márgenes de acción sobre el futuro y llegar a una especie de “estado ideal” a mediados de este siglo XXI. Desde aquí, interesados en una tecnología como Blockchain, nos hemos preguntado por el lugar que nuestro Gobierno y sus expertos pudieran dar a la misma. Las expectativas eran pocas. Pero el resultado es desolador: cero. Ni a Blockchain y su potencial incidencia en la renovación de sectores productivos, ni a las criptomonedas, ni a las monedas digitales, ya sean centralizadas o descentralizadas.

Blockchain desaparece del Informe España 2050

El informe es, como no podría ser de otra forma, proyección de la subordinación política de las competencias –seguramente muchas- y limitaciones de los expertos que han colaborado en la construcción del mismo. Sobre todo porque esta destinado a la publicidad y propaganda. Quienes hayan participado en alguna responsabilidad gubernamental, sabe de la existencia de tales informes. En cierta forma, necesarios. Pero, precisamente para garantizar el menor grado de mediación propagandística y de justificación pública de toma de medidas a tomar en el presente, su circulación se limita a los canales por los que tiende a deambular la denominada literatura gris. Incluso algunos tienen muy limitada su circulación con sellos que lo indican. Es decir, funcionan para fundamentar decisiones. No para convencernos a todos de que unas predeterminadas decisiones tienen justificación.

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Pues bien, dentro de esas muchas competencias, de los expertos, y de la abundante referencia a lo importante del cambio tecnológico y la transformación digital, no parecen encontrarse las relativas a Blockchain. Eso sí, bastantes dosis espúreas de big data, inteligencia artificial, tecnologías sensoriales, robotización, 5G, internet de las cosas y algunos apuntes sobre tecnología sanitaria. Sobre las primeras, se remarca su potencial efecto sobre el empleo en distintos sectores productivos. Pues bien, la referencia al papel de la tecnología en el sistema financiero y su afectación al empleo y, en general, su papel en nuestra sociedad, es muy poca. Vale la pena rescatar la mención al informe de Alós, de 2018, en el que se tiene que la tecnología reducirá el empleo en el sector de la banca y seguros y la constatación de la baja productividad de este sector en España (página 62 del informe España 2050).

Sí habla de empleos en los metaversos, pero no de NFTs

En tan significativo desierto, llama la atención la siguiente frase de la página 302. Es como si se hubiera colado un aire lírico entre tanto anclaje a dato seleccionado:

las nuevas tecnologías también crearán empleos, muchos de ellos asociados al desarrollo, la gestión y la reparación de estas mismas tecnologías (programadores, mecánicos, operadores de robots a distancia, data scientists) y al crecimiento del metaverso y la realidad virtual. Así, serán cada vez más frecuentes empleos como jardinero de Minecraft, entrenador de avatares, o jugador profesional de e-sports”.

Un poco más de despiste y se les hubiera colado algo de Blockchain y los NFTs, o hasta hubieran podido poner entre la lista de referencias bibliográficas el Snow Crash y de experto a Hiroaki Hiro. Pero han frenado tal impulso.

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Afán recaudatorio estatalista

A pocos escapa la finalidad propagandística de un documento como este informe España 2050. La retórica de datos es incapaz de tapar su sentido comunicativo en el presente. Donde quiere actuar este informe es en el hoy, en el presente, a partir de una pretendida y pretenciosa colonización del futuro. Si se escarba y salvo las amenazas a una mayor presión fiscal, se trata de un puñado de buenos deseos financiados en su mayor parte con mayor recaudación de impuestos. Un afán recaudatorio estatalista que casa mal con la lógica de Blockchain. Llama la atención hasta el lenguaje orwelliano, en plan Gran Hermano: a la disminución de impuestos, la llaman “mayor laxitud fiscal”.

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Lo importante es que todo el mundo tribute. Que no se escape nadie, ni siquiera los trabajadores de la gig economy. Al menos, estos trabajadores que no estén contratados en el metaverso. Así se pronostica que:

Lo importante es que todo el mundo tribute

ganarán relevancia otras formas de empleo atípico como los autónomos, los freelancers y los trajadores on-demand, en los que se combinan varias fuentes de ingresos y diversas actividades profesionales. Así, se irá imponiendo en nuestro país un modelo en el que las empresas contrataban cada vez más tareas que personas, y en el que se remunera a estas por los resultados obtenidos, más que por las horas trabajadas. El ejemplo más paradigmático en este sentido es el avance del empleo vinculado a las plataformas digitales”.

Pues bien, la solución que se propone es:

“habrá que cambiar la manera en la que los trabajadores contribuyen al sistema, logrando que todos ellos, también aquéllos con formas no convencionales de empleo relacionados con la economía digital, tributen por los ingresos reales” (página 305). 

Cambio climático como oportunidad recaudatoria

Por lo tanto, aunque te pongan en plan protagonista de Nomadland, lo primero que has de hacer es tributar.  No es que uno esté en contra de un sistema tributario justo. Lo que llama la atención es la obsesión fiscal que rezuma el informe. Es tal el sesgo que el cambio climático aparece más como una gran oportunidad recaudatoria –gravando muchas actividades por su huella de carbono- que como un fenómeno a evitar.

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Estos informes son lo que son. Una declaración de intenciones. El problema es que pueden generar efectos no queridos. De hecho, es a partir de las consecuencias no queridas de la acción como se construye el futuro. Aquí el potencial efecto es la desincentivación de la gente a trabajar más, a producir más y, por lo tanto, a ganar más.

Si, luego, fiscalmente te van a reducir de manera sustancial tal ganancia o no se la puedes dejar a tus hijos, sin mediar una gran mordida tributaria, pues ¿para qué producir, trabajar, innovar, pensar? En el informe, se reconoce que, a mayor crecimiento económico, disminuye la desigualdad. Pero la apuesta es justamente la inversa: aumentar impuestos, con la pretension de disminuir la desigualdad, lo que lastra el crecimiento en la economía.

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Sin tener en cuenta la competencia fiscal en la globalización

Y todo esto sin apenas tener en cuenta la competencia fiscal en la globalización, de manera que las empresas y los profesionales preparados podrán ubicarse y pagar impuestos prácticamente donde deseen. Otro potencial efecto es, si van a cargar con más impuestos actividades como el transporte o los billetes de avión, se puede estar haciendo una especie de efecto llamada a aprovechar los últimos tiempos de oportunidades. Tal vez sea el momento de viajar. Ya sabemos que, según el Gobierno, Blockchain no está en el futuro de España.

Fuente: https://observatorioblockchain.com/blockchain/el-informe-espana-2050-dibuja-un-futuro-en-el-que-blockchain-ha-desaparecido/